La sensación de no pertenencia.
A lo largo de
mi vida, muchas veces he tenido la sensación de no pertenecer a nada, en mi
familia siempre me sentí la rara totalmente fuera de lugar, si ellos
desayunaban tamales yo quería fruta, si ellos querían música fuerte yo quería
absoluto silencio y leer; en mis trabajos es la misma historia, mis relaciones
especiales (parejas) generalmente tengo la sensación que en cualquier momento
me van a cambiar, que tengo que hacer mejores cosas para que el otro me
quiera.
Leyendo y escuchado
a terapeutas me encontré con La herida del rechazo cuando
el progenitor de mí mismo sexo no hizo vinculo hacia mí.
Cuando mi
padre o madre en su casa, me descalifico todo el tiempo, cuando me crítico y
juzgo por lo que fuera que hiciera, quizá no de forma consiente. Quiero dejar
en claro que los papas (en su mayoría) siempre ofrecen lo que tiene a los
hijos, de la forma que ellos lo aprendieron, y no es cuestión de hacer culpas o
juzgar, simplemente hacernos consientes como adultos de lo que podemos
transformar para llevar una vida entendida y en conciliación en responsabilidad
con nosotros mismos.
¿Cómo nos
vinculamos? ¿Qué es un vínculo?
Las personas
que tenemos la herida del rechazo conocemos a todos y no nos vinculamos
realmente con nadie, las personas con rechazo pasamos desapercibido, las
personas con la herida del rechazo creemos que algo está mal en nosotros. Somos
personas aire, los demás nos perciben como aire, nunca saben exactamente donde
estamos, nunca saben exactamente como estamos o como nos sentimos, andamos con
todos y con nadie, y solemos pasar muchas horas soñando. Ponemos limites en
nuestras emociones y solemos no acércanos físicamente a las personas, esta
conducta se puede volver patológica, las enfermedades más graves están
relacionadas con enfermedades como el cáncer, diabetes.
¡A SANAR ESE
RECHAZO YA!
Hacemos un
duro juicio de nosotros mismos, siempre buscamos la perfección y hacemos más y más
para intentar ser queridos, tenemos la creencia de que somos queridos por lo
que hacemos y no por lo que somos.
Vincularnos
con nosotros mismos, atender a nuestras necesidades y darnos lo mejor, es decir
convertimos en nuestra mejor amiga (o) es muy cruel darte un trato de rechazo a
ti mismo. Logremos la condición de adulto y darnos cuenta que tenemos la
oportunidad de darnos un cambio de energía hacia la aceptación de nosotros
mismos. Producirnos una vida digna está en nuestras manos, somos dignos
de pertenecer.